En realidad, la comunicación es una de las doctrinas fundamentales de Scientology y la base de sus servicios religiosos principales, la auditación y el entrenamiento. Una parte importante de los escritos de Scientology está dedicada a la comprensión y a la aplicación de la comunicación, lo que incluye libros, conferencias grabadas en cintas y películas de entrenamiento. Un auditor de Scientology estudia comunicación y practica técnicas de comunicación durante muchos puntos de su entrenamiento, trabajando constantemente para alcanzar un perfecto dominio de su fórmula.
La auditación sólo es posible mediante la aplicación de la fórmula de la comunicación. Una persona que participa en la auditación (un “preclear” en Scientology) debe dirigir su atención hacia adentro, hacia lo más recóndito de su mente reactiva, para confrontar los incidentes ocluidos del pasado, incluyendo las vidas anteriores, y poder así encontrar las respuestas a las preguntas de auditación, borrar la energía dañina que contienen las grabaciones en forma de cuadros de imagen mental de estos incidentes, y conseguir de este modo aliviar el tormento espiritual. El preclear está totalmente alerta durante la sesión de auditación, y llega a estar más alerta a medida que avanza la auditación. El auditor y el preclear trabajan juntos para conseguir que el preclear venza a su propia mente reactiva. Auditar no es algo que se le hace a una persona, sino que involucra su participación activa para aumentar su autodeterminismo. Sólo usando comunicación, el auditor debe dirigir la atención del preclear (con el acuerdo del preclear) hacia momentos de dolor, inconsciencia o emoción inadecuada del pasado.
El preclear, al saber que el auditor está siguiendo la fórmula exacta y predecible de la comunicación, se siente lo bastante seguro como para permitir que el auditor dirija su atención y decirle al auditor lo que él ha encontrado.